miércoles, 15 de mayo de 2013

Qué son y cómo funcionan los paraísos fiscales




Últimamente sobretodo, los llamados paraísos fiscales están continuamente en los medios porque cada vez somos conocedores de más y más casos, tanto de empresas como de particulares, que se benefician de las ventajas que conceden estos territorios. ¿Qué son los paraísos fiscales? Pues son como bien he dicho, territorios que están por todo el mundo, en los que los inversores extranjeros gozan de una baja o nula tributación, además de disfrutar de una opacidad en las operaciones que allí pueden llevar a cabo, gracias a la inexistencia de registros y controles de las mismas. En algunos casos, se produce una exención total y en otros una reducción considerable del impuesto, y siempre y cuando los negocios se realicen fuera del paraíso fiscal. Los ciudadanos y empresas residentes en el país sí están obligados a pagar sus impuestos.
Podemos preguntarnos  por qué determinados países optan por este tipo de estrategias, pues bien, debemos tener en cuenta que en la mayoría de los casos se trata de países de tamaño reducido, con escasos recursos naturales e industriales lo que implica que los inversores inicialmente no se vean atraídos. Es por ello, por lo que buscan a través de políticas tributarias muy beneficiosas para el inversor,  atraer capital extranjero y  utilizarlo para fortalecer sus economías, creando empresas, potenciando empleo y otras finalidades económicas y financieras.
Vamos a ver algunas de las principales características de este tipo de “oasis” financieros y fiscales :
     Guardan la titularidad de empresas y cuentas bancarias. No hay un registro público de propietarios y accionistas de empresas, existen los llamados “Nominees” que son los representantes formales de las mismas y los que tramitan las operaciones.  Otro punto de gran atractivo para las empresas, es la simplicidad de formalización y registro. Allí la burocracia no es un problema.
Existe en ellos también el conocido como “Secreto Bancario”, que permite la utilización de cuentas anónimas y numeradas y la no-obligación para el banco de identificar y conocer al cliente.
Estos países no firman tratados ni convenios con otros países que supongan un intercambio de información bancaria o fiscal, y no penan el blanqueo de dinero.
Además  se esfuerzan por tener una estabilidad política y monetaria, esto tiene su lógica, puesto que ¿Quién invertiría en un país inestable?
De esta manera podemos ver  lo sumamente atractivos que son  estos territorios para las empresas y ciudadanos  extranjeros con ingresos elevados, los cuales sufren en sus países   altas cargas impositivas, sobretodo en estados europeos, donde pueden alcanzar casi un 50% de los ingresos.
 A esta salida de dinero se la conoce como “Fuga de Capitales”, que por razones obvias preocupa cada vez más a los países de origen, que ven su recaudación mermada. Es por ello, por lo que cada vez se toman más medidas para evitarlo, pero el vivir en un mundo globalizado, donde se ha apostado por una liberalización del comercio, se hace sumamente complicado controlar los movimientos de dinero a estos países.
Por lo tanto, nos quedamos con que para las empresas tener filiares en paraísos fiscales supone atractivas ventajas, mejoran su cuenta de gastos al pagar menos impuestos,  siendo así más competitivas (además de otras, como otra vía de financiación); y a los particulares, les dota de poder beneficiarse de depositar dinero con la tranquilidad de no ser presas del fisco de sus países.
Muchos pueden  pensar que esto puede suponer un “chollo”, pero hay que tener en cuenta que los impuestos son necesarios, son la base de la convivencia social. Si queremos tener y disfrutar de servicios e infraestructuras, como contraprestación tenemos que pagar impuestos, y cuanto más desarrollado y avanzado esté un país, más impuestos habrá que pagar  puesto que las necesidades serán mayores. La educación, sanidad, desempleo, pensiones, dependencia etc son pagados con impuestos. Lo que no es justo, y aquí hablo bajo mi punto de vista, es que los que más ingresan tengan la opción de librarse de pagar y son las medianas empresas y el ciudadano medio quien paga siempre. Lo que deberíamos hacer como ciudadanos, es prestar más atención al gasto público, exigiendo que el gobierno rinda cuentas detalladas sobre CÓMO y EN QUÉ gastan el dinero de nuestros impuestos.
Para acabar os dejo un par de datos de interés,
·         Según la ONG Intermon Oxfam una tercera parte de la riqueza global se esconde en paraísos fiscales. Se calcula que con esos beneficios fiscales se acabaría con el hambre en el mundo.
·         Según  el Observatorio  de Responsabilidad Corporativa el 86% de las 35 mayores empresas que compone el IBEX (empresas que representan la llamada marca España) tienen alguna filial en paraísos fiscales.



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